domingo, 28 de abril de 2013

SE APAGAN LAS LUCES...



Aquí me hallo, delante del gimnasio que nos ha visto crecer. Solo. Pensativo dedicando unos minutos a recordar cómo empezó todo y compartirlo con vosotros antes de apagar las luces y cerrar la puerta. 

No parece tan ruidoso el gimnasio cuando estás completamente solo dentro. De hecho, no se escucha nada. Si acaso un lejano ruido de electricidad provocado por los potentes focos que han iluminado las andanzas de este grupo de chicas, ya jovencitas, al cual yo he dirigido estos últimos 3 años. Pero mi cabeza vuela presa de los recuerdos y las emociones que provoca estar en un sitio tan pequeño y a la vez con tanta magia. De repente el pabellón se llena y veo a Andrea en el centro del campo con cara de malas pulgas dejando entrever un protector bucal naranja a punto de saltar en el salto inicial mirando con la mirada del tigre clavada en el balón que sostiene el árbitro. Varias figuras rojas "regorditas como ardillas" la rodean: Marta, Cristina... (¡auténticas bolillas!). Entonces empieza el partido y el sonido empieza a ser atronador. Padres de ambos equipos gritando, entrenadores igual... no sé cómo esas niñas pueden jugar con la cantidad de decibelios acumulados en sus pequeñas y rojas orejas. Qué recuerdos...

Todas bajitas y rellenicas, de entre todas destaca la figura de Isa, una niña de pelo corto rubio y figura estirada que nada tiene que ver con la que vemos ahora, mucho más fuerte. Allí estaban 3 perlas que se nos cayeron por el camino. Me duele recordar a Marta G, Carlota y Andrea P. Su pérdida ha sido lo peor de mi paso por este equipo. Recuerdo pillar a Marta G escondida pasando por detrás de los árboles para no ser vista por mi mientras se fugaba el entrenamiento. Creo que nunca le llegó a gustar el baloncesto, con lo que es obvio que se lo dejara, pero fue muy buena chica y me dolió bastante porque de algún modo creo que no resistió la presión que le puse para mejorar. El caso de Carlota es más complicado. Era una niña excelente, podríamos decir con todo cariño y respeto que era la "mascota" del equipo. Era muy bajita y también delgada con una interminable cola, era como campanilla de Peter Pan. No dejaba de reír y de hacer bromas con todas. Estaba claramente implicada en el grupo pero... Sus padres no la motivaron lo suficiente para jugar a baloncesto. De hecho llegó un punto que faltaron al espíritu de equipo hablando muy mal de alguna compañera al entrenador con el fin de que su hija no se viese degradada (palabras textuales), situación que el entrenador no pudo pasar por alto y les invitó a dejar el equipo si seguían por ese camino, y así fue. La pérdida de Carlota es sin duda lo que más me duele de mi paso por el femenino 01 debido a las circunstancias absurdas en las que se vio envuelta la chiquilla. Esa niña se hacía mucho de querer y todos la queríamos, pero en mi opinión sus padres no remaron en la misma dirección que el resto. Qué importante es la relación con los padres en estas edades, ya os hablaré de los vuestros en una próxima entrada. Otro caso muy peculiar pero no tan sangrante para mí fue el de Andrea P. otra chica graciosísima. Muy cariñosa y buena. Tenía muchíííííííísimo arte. De hecho recuerdo una anécdota que un día las puse a bailar en un entrenamiento y ella era la coreógrafa. Todos los equipos entrenando fuertemente alrededor y las nuestras en fila haciendo lo que hacía Andrea P. que estaba en frente y las hacía bailar con movimientos propios de algún concurso televisivo. ¡Qué risa! Ella fue la precursora de que nuestro grito de guerra fuera Coca-Cola! en alusión a que eramos pequeñas, enfundadas de rojo y chispeantes. Jejeje. Ese grito lo utilizamos unas semanas, luego lo cambiamos por el actual (1,2,3, EQUIPO!). Andrea P. era de primer año y cuando se separó de las nuestras al inicio de la segunda temporada se ve que no se vio en su salsa con las benjaminas de Sergio Angosto y decidió abandonar el baloncesto. 

¡Qué bien lo pasamos ese año!, todo era nuevo para todos (jugadoras, entrenadores y padres). Por entonces yo tenía una ilusión inmensa porque veía que había calidad y ganas. El grupo de los padres el primer año no terminó de cuajar bien, tuvo que esperar al segundo año con la irrupción probablemente de María José (mamá de Juana) y alguna más para completar el círculo. De hecho me encontré más de un problemilla de comunicación con los padres, tonterías que ahora serían impensables. Recuerdo a Mireya correr entre los árboles haciendo zig zag como un rayo. Recuerdo a Victoria y a Laura ir de menos a más y a María Belmonte más o menos igual que ahora pero más bajita y ¡¡cascarrabias!!. Nos reíamos mucho, no llorábamos por derrotas sino porque nos caíamos al suelo constantemente y me faltaba botiquín para curar heridas. Encajábamos bien las derrotas, que por entonces eran muchas. Me acuedo de Norberto, cuya implicación fue increible tanto a nivel personal y deportiva. Me voy a permitir la licencia de hablar, siempre desde el cariño, de su relación amor-odio con su hija. En aquel año creo que Andrea tenía dos entrenadores (su padre y Tino) y eso no le vino muy bien, porque Tino le echaba una bronca al ser cambiada y un poco más adelante el delegado (o sea, su padre) le echaba la misma bronca. Eso le costó alguna llantera a la cría. Que Andrea es un poco vaga lo sabemos todos, aunque bien es cierto que cuando quiere se esfuerza y lucha como ninguna otra, eso también hay que reconocerlo. Ha sido una pena no poder contar con Norberto estos dos años por el motivo que sea. Todos, y no sólo Andrea, le hemos echado de menos, nos faltaba uno de los nuestros. Espero que mis palabras no sean mal interpretadas. Me parece que la educación que tanto Elena como Norberto le dan a sus hijos es exquisita y digna de nombrar. Siempre remando a favor del equipo y del entrenador, enseñando a la niña a valerse por sí misma y a conocer cómo es la vida afrontando por sí misma los "palos" que nos da. En cuanto a Andrea decir que estoy convencido de que al final encontrará el camino del éxito porque aparte de tener unos padres excelentes ella es una chica excelente que nunca se saldrá del buen camino porque ya tiene ella las herramientas para conseguir por sí misma lo mejor para ella. ;)

Y es que ¡¡en todas las familias se cuecen habas!!. La nuestra no iba a ser una excepción. Pero hay que ver qué bien lo hemos pasado y lo bien que nos ha sentado conocernos. Recuerdo al principio del segundo año que María José (mamá de Juana) me decía que les gritaba mucho a las niñas, no mucho tiempo después era ella la que me dijo que había que gritarles más. Con eso se resume todo, nos vamos conociendo, vamos evolucionando con la vida. No nos hemos estancado, hemos avanzado juntos no solamente en el baloncesto. Estamos formando entre todos a esas grandullonas y sin quererlo contribuimos a apartarlas de otras actividades y conductas menos favorables para ellas. Mi objetivo a nivel humano con las niñas está cumplido con creces: se encuentran en un buen grupo donde nadie se siente discriminado ni apartado, ¡qué digo!, se encuentran en un grupo de amigas, han aprendido que en la vida la autoexigencia siempre te lleva a ser mejor y ser mejor te lleva a vivir más experiencias enriquecedoras, y por último han aprendido a levantarse después de la derrota y a valorar los éxitos como parte de un todo que es la vida misma. No hay mejor entrenador que uno mismo. 

Sigo sentado en la zona de los padres y siento que me da mucha pena que esto se termine pero a la vez tengo la alegría por dentro de haber vivido esta experiencia. Me siguen viniendo recuerdos a la cabeza. Recuerdo a Noelia llorando a cada rato el tiempo que estaba "de pruebas" con nosotras. Recuerdo a mis "segundos", Fede el "federao!", Fran que venía poco pero cuando lo hacía se traía sus pelotas de tenis y nos ilustraba con una sesión magistral y por último y no menos importante Chema, que se ha adaptado perfectamente a mis exigencias y con quien espero poder trabajar también en el futuro. Ha hecho un gran trabajo este año y sobre todo ha sido el segundo entrenador más comprometido que hemos tenido. Necesita curtirse un poco más como entrenador pero como es tan trabajador estoy seguro que no le costará. He hablado antes de Norberto pero los otros delegados no se quedan atrás!. Elena y Juanjo siempre pendientes y apoyando, muchísimas gracias por vuestra confianza en este proyecto. Podría decir que realmente los delegados de equipo sois todos los padres. Qué suerte tienen esas niñas de teneros de padres y qué suerte he tenido yo de teneros a vosotros y no a otros, no enumero porque no hace falta... todos.

Me vienen jirones de recuerdos sueltos: El partido contra las madres, la convivencia en el cumpleaños de victoria con los animales, los Intersalesianos, las canastas de Lucía, los rebotes de Juana, los piques de Isa, el cuadro que me hicieron las niñas por mi cumpleaños, el entrenamiento con las madres, el mosquito en el ojo de Marta, la selección regional, las empanadas de Cati, la bota de vino, Pedro Madrid...

De repente, vuelvo en mí y me acuerdo de que tengo que cerrar porque se hace tarde. Me levanto y me voy hacia los interruptores de la luz, cuando llego echo el último vistazo atrás, pierdo la vista en el gimnasio en un acto bastante melancólico y me hago a la idea de que esos "taponcillos" rojos no se me van a olvidar nunca y los recordaré cada vez que entre en ese gimnasio porque fue allí donde empezó todo. 

Apago las luces y me voy.



P.D. ¿os esperábais la crónica de Mazarrón no? tendréis que esperar un poco más. ;)

P.D.2 Os invito a escribir aquí recuerdos que tengáis del equipo que yo no haya nombrado para que en el futuro al leer esta entrada lo podáis recordar con cariño.




2 comentarios:

  1. Mis recuerdos sobre este equipo son todos positivos. A Mireya siempre le ha gustado el baloncesto, ya veia a su hermano entrenar desde su silleta de bebe y alguna vez se me escapada a la pista para coger la pelota e intentar meterla en la canasta, asi que la apunte en prebenjamines cuando tuvo la edad, pero cuando pusieron gimnasia ritmica en el colegio alla que la lleve porque era mas " de chicas", pero no cuajo.Ella iba a regañadientes y encima le coincidia un dia con baloncesto asi que tenia que cruzar el patio del colegio hasta llegar al gimnasio, tirando de ella y encima a lagrima viva ! Me tuve que dar por vencida y dejarla en baloncesto, Todo eran juegos de pelota y estaba encantada.Cuando paso el tiempo y la cogio Tino, ella acepto el reto de jugar mas en serio y entrenar mas duro y todo era Tino por aqui, Tino por alla, Tino dice...pero estaba contenta y yo, pues mas.Un dia me fue con Tino a ver un partido en su coche, estaba un poco cortada pero fuimos hablando de varias cosas por el camino y al llegar al destino, pense que este era un chico serio, responsable y que se implicaba con lo que hacia , asi que definitivamente, me gustaba para mi hija (en el buen sentido de la palabra, eh !! ) y ademas les dice a las chicas loque les tenga que decir pero con cariño y tacto, lo cual es muy importante. A los padres no ha terminado de cautivar con sus cronica. A mi me gusta mucho leer y de verdad os digo que tiene arte para la escritura y esto no es normal que lo hagan los entrenadores, ya lo vereis mas adelante.
    un recuerdo que me viene ahora a la mente, es del dia que nos fuimos a Murcia a ver el partido que jugaba la seleccion española con Amaya Salamanca; yo no pensaba ir y a ultima hora en el parking del colegio, se empeñaron en que Mari Jose y yo nos fueramos que habia sitio en los coches y vaya experiencia, DISFRUTE como una enana: el pabellon lleno de gente, luces, flashes de las camaras, las estrellas del baloncesto femenino, la television, las cheerleaders... y luego corriendo de aqui para alla para lograr una foto y un autografo para Mireya. Fue una tarde inolvidable.
    Tengo mas recuerdos pero dejare que otros cuenten los suyos porque me estoy explayando demasiado.
    Me da pena que Tino las deje; esta proxima temporada sera mas dura para ellas: subida de categoria, mas exigencia,nuevo entrenad@r ( tendran que hacerse a ell@) y seguro que menos partidos ganados. De todas formas, lo que hemos conseguido, ahi esta, un buen equipo. Las chicas se quieren todas, los padres nos llevamos bien entre nosotros y con Tino y Chema, que vino esta temporada,se metio a las chicas en el bolsillo en un santiamen y se implica como el que mas a pesar de sus estudios y su timidez.Espero todo esto perdure entre nosotros aunque pase el tiempo.
    Un beso a todos

    ResponderEliminar
  2. Hola,soy Maria.B
    Me acuerdo el primer año, que a ninguna nos gustaba correr, algunas llegamos mas temprenoa al entrenamiento del viernes.
    Las que estabamos alli nos pusimos a correr esprines para luego no correr entre los arboles, cuando Tino llego se lo dijimos, el se enfaso y nos puso otra vez ese día acabamos cansadisimas.

    ResponderEliminar